lunes, 21 de mayo de 2012

Taller de Autoconocimiento del Ciclo Menstrual

Llevaba 4 meses esperando que llegase el sábado 19 de mayo. 
4 meses desde que Gemma y yo hablamos en mi casa sobre Cerazet, sobre mis cesáreas, sobre Luna Roja, sobre compresas de tela y copas menstruales.
Sobre Erika Irusta Rodríquez, creadora de El Camino Rubí. 
Este día, fue el primer día de mi vida en el que empecé a tomar consciencia de mi cuerpo de mujer. Y fue el día en que Gemma me habló del Taller de Autoconocimiento del Ciclo Menstrual, que impartiría Erika el día 19 de mayo en Olesa de Montserrat.


Mi primer paso fue dejar las cerazet, desde que las empecé a tomar llevaba unos 22 días sangrando, estaba mareada, sin fuerzas, y muy débil. Me di cuenta que mi cuerpo estaba sufriendo las graves consecuencias de las pastillas anticonceptivas que no servían de nada, pues solo me provocaban malestar.


Mi segundo paso fue seguir informándome a través de Gemma, y leyendo poco a poco cosas de Erika. Decidí apuntarme al Taller. Y empecé a leer Luna Roja.


Aún faltaba mucho para el 19 de mayo, pero algo en mi interior me decía que sería un gran día.


Fui viendo las conferencias on-line de Erika, en las que comparte sus conocimientos sobre el ciclo menstrual, y más cosas especiales que sólo una mujer puede comprender.
La vi en diferido, y en directo, y debo decir que me cautivó su alegría, su bondad, su mirada y su manera tan bella de comunicar, sus palabras y su sinceridad. 
Me subscribí a sus boletines mensuales, debo decir que toda esta información Erika la comparte de forma gratuita, y que es todo un lujo, pues es su tiempo, son sus palabras y sus conocimientos como mujer, como doula y como pedagoga que nos regala, que nos ofrece, que nos da de forma desinteresada, desde su corazón, con ese entusiasmo que desprende, con las ganas de explicar al resto lo que ella sabe, solo por amor. 


Llegó el sábado, y me desperté con un nudo en el estómago, era el día, al fin asistiría al Taller, y al fin podría abrazar a Erika.
Estaba nerviosa, muy nerviosa, tenía una sensación de inquietud, de curiosidad, de emoción que me envolvían por completo. Me dejé la libreta y el boli en casa.


Y allí estábamos Carlota y yo picando al timbre de Gemma, debo decir que la casa de Gemma inspira paz, alegría, bienestar y libertad, y allí estaban ellas.


Lindas, preciosas, bellas, mujeres sabias e inteligentes, mujeres con sus sentimientos y con sus corazones y úteros esperándonos unas a otras.


Sentí su abrazo, su deseado abrazo, y fui pequeña otra vez, abracé a Erika siendo niña, no sé donde, pero la abracé. Y Erika me dio amor infinito, me dio calma y me dio valor. Volví a abrazar a Erika en el comedor de Gemma, y volví rápidamente de ese lugar mágico, donde siendo niña la abracé por primera vez.


Desde aquí quiero decirles a las mujeres que compartieron conmigo el Taller, que eran ellas, que no podían ser otras, que fueron las compañeras ideales, que debían ser ellas, que se llevaron un trozo de mí igual que yo me lo llevé de ellas, que fue maravilloso sentirlas, estar ahí, con ellas, junto a ellas, siendo nosotras mismas, creando unos lazos entre nosotras que jamás se romperán, unos lazos femeninos, unos lazos de amistad, de confidencialidad, de experiencia y sabiduría. A todas ellas, gracias, pues no podían ser otras, teníais que ser vosotras, y conoceros así de este modo, en este bonito lugar que Erika creó para nosotras, ha sido una experiencia maravillosa. Siempre estaréis en mi. El 19 de mayo va acompañada por cada una de vuestras sonrisas y de vuestras miradas. El 19 de mayo comprendí a vuestra vera lo que significa ser mujer cíclica, y debió ser así, junto a vosotras.


Y desde aquí quiero decirle a Erika que es mi deseo hacer el camino junto a ella, si ella me lo permite, quiero compartir mis dudas con ella, quiero seguir asistiendo a sus talleres, seguir leyendo sus boletines, seguir creciendo día a día, poder reír, llorar, ser adolescente, ser madre, o niña sabiendo que todo va bien, que es perfecto, que soy yo, y que Erika me enseñó que todas somos únicas, maravillosas, que pase lo que pase escuchemos a nuestro sabio cuerpo de mujer, y que la vida es maravillosa, pues la vida me ha permitido conocer a Gemma y conocer a Erika, abrirme nuevos horizontes, siendo yo, siendo la niña, la adolescente, la madre o la anciana, siendo Laura Jaime Conejo.


Os recomiendo que asistais al Taller de Autoconocimiento del Ciclo Menstrual, es algo que nos deberían explicar en las escuelas. Aunque, es algo que te tiene que explicar Erika, carecería de sentido si las palabras no saliesen de su boca y de su corazón. Gracias Erika.














Laura JC, recién llegada a la fase de pre-ovulación.



No hay comentarios:

Publicar un comentario