jueves, 24 de mayo de 2012

PARA PEDRO Y CARLOTA

Por vosotros he amado,
por vosotros he reído, he llorado,
de alegría, de tristeza, de emoción,
de sentiros tan adentro
tan míos, siempre míos,
tan nuestros.


De teneros tan cerquita,
de ser míos, solo míos,
de saber que sin vosotros
jamás sería la misma,
de saber que mi latido
pende de vuestra sonrisa.


De amar todo y nada,
de querer tan adentro, 
para que no te vayas, 
llorar de melancolía
añoranza de sentiros,
siempre en mi, dentro mío.


Anhelo de ese olor,
tan vuestro, 
tan mío, solo nuestro
que me hace enloquecer
con todos los sentidos,
de infinito amores míos.




Os he amado desde antes de nacer, y lo seguiré haciendo infinitamente.




Laura JC



lunes, 21 de mayo de 2012

Taller de Autoconocimiento del Ciclo Menstrual

Llevaba 4 meses esperando que llegase el sábado 19 de mayo. 
4 meses desde que Gemma y yo hablamos en mi casa sobre Cerazet, sobre mis cesáreas, sobre Luna Roja, sobre compresas de tela y copas menstruales.
Sobre Erika Irusta Rodríquez, creadora de El Camino Rubí. 
Este día, fue el primer día de mi vida en el que empecé a tomar consciencia de mi cuerpo de mujer. Y fue el día en que Gemma me habló del Taller de Autoconocimiento del Ciclo Menstrual, que impartiría Erika el día 19 de mayo en Olesa de Montserrat.


Mi primer paso fue dejar las cerazet, desde que las empecé a tomar llevaba unos 22 días sangrando, estaba mareada, sin fuerzas, y muy débil. Me di cuenta que mi cuerpo estaba sufriendo las graves consecuencias de las pastillas anticonceptivas que no servían de nada, pues solo me provocaban malestar.


Mi segundo paso fue seguir informándome a través de Gemma, y leyendo poco a poco cosas de Erika. Decidí apuntarme al Taller. Y empecé a leer Luna Roja.


Aún faltaba mucho para el 19 de mayo, pero algo en mi interior me decía que sería un gran día.


Fui viendo las conferencias on-line de Erika, en las que comparte sus conocimientos sobre el ciclo menstrual, y más cosas especiales que sólo una mujer puede comprender.
La vi en diferido, y en directo, y debo decir que me cautivó su alegría, su bondad, su mirada y su manera tan bella de comunicar, sus palabras y su sinceridad. 
Me subscribí a sus boletines mensuales, debo decir que toda esta información Erika la comparte de forma gratuita, y que es todo un lujo, pues es su tiempo, son sus palabras y sus conocimientos como mujer, como doula y como pedagoga que nos regala, que nos ofrece, que nos da de forma desinteresada, desde su corazón, con ese entusiasmo que desprende, con las ganas de explicar al resto lo que ella sabe, solo por amor. 


Llegó el sábado, y me desperté con un nudo en el estómago, era el día, al fin asistiría al Taller, y al fin podría abrazar a Erika.
Estaba nerviosa, muy nerviosa, tenía una sensación de inquietud, de curiosidad, de emoción que me envolvían por completo. Me dejé la libreta y el boli en casa.


Y allí estábamos Carlota y yo picando al timbre de Gemma, debo decir que la casa de Gemma inspira paz, alegría, bienestar y libertad, y allí estaban ellas.


Lindas, preciosas, bellas, mujeres sabias e inteligentes, mujeres con sus sentimientos y con sus corazones y úteros esperándonos unas a otras.


Sentí su abrazo, su deseado abrazo, y fui pequeña otra vez, abracé a Erika siendo niña, no sé donde, pero la abracé. Y Erika me dio amor infinito, me dio calma y me dio valor. Volví a abrazar a Erika en el comedor de Gemma, y volví rápidamente de ese lugar mágico, donde siendo niña la abracé por primera vez.


Desde aquí quiero decirles a las mujeres que compartieron conmigo el Taller, que eran ellas, que no podían ser otras, que fueron las compañeras ideales, que debían ser ellas, que se llevaron un trozo de mí igual que yo me lo llevé de ellas, que fue maravilloso sentirlas, estar ahí, con ellas, junto a ellas, siendo nosotras mismas, creando unos lazos entre nosotras que jamás se romperán, unos lazos femeninos, unos lazos de amistad, de confidencialidad, de experiencia y sabiduría. A todas ellas, gracias, pues no podían ser otras, teníais que ser vosotras, y conoceros así de este modo, en este bonito lugar que Erika creó para nosotras, ha sido una experiencia maravillosa. Siempre estaréis en mi. El 19 de mayo va acompañada por cada una de vuestras sonrisas y de vuestras miradas. El 19 de mayo comprendí a vuestra vera lo que significa ser mujer cíclica, y debió ser así, junto a vosotras.


Y desde aquí quiero decirle a Erika que es mi deseo hacer el camino junto a ella, si ella me lo permite, quiero compartir mis dudas con ella, quiero seguir asistiendo a sus talleres, seguir leyendo sus boletines, seguir creciendo día a día, poder reír, llorar, ser adolescente, ser madre, o niña sabiendo que todo va bien, que es perfecto, que soy yo, y que Erika me enseñó que todas somos únicas, maravillosas, que pase lo que pase escuchemos a nuestro sabio cuerpo de mujer, y que la vida es maravillosa, pues la vida me ha permitido conocer a Gemma y conocer a Erika, abrirme nuevos horizontes, siendo yo, siendo la niña, la adolescente, la madre o la anciana, siendo Laura Jaime Conejo.


Os recomiendo que asistais al Taller de Autoconocimiento del Ciclo Menstrual, es algo que nos deberían explicar en las escuelas. Aunque, es algo que te tiene que explicar Erika, carecería de sentido si las palabras no saliesen de su boca y de su corazón. Gracias Erika.














Laura JC, recién llegada a la fase de pre-ovulación.



jueves, 17 de mayo de 2012

¡Mami quiero leer!

Pedro tenía 4 años, y estaba acostumbrado a que antes de ir a dormir siempre leíamos un cuento. Menos cuando yo trabajaba de noche.
En nuestra habitación teníamos sus cuentos preferidos en su mesita, y yo mi libro en la mía. Cuando él se dormía yo leía un poco mi libro, con mi niño a mi lado, y puedo asegurar que esas noches, esos momentos, eran de eterna felicidad. 
Pedro a mi lado, su respiración, la calma de mi habitación y disfrutar de un buen libro, y de momentos de paz.


Una de esas noches, Pedro me dijo que él sabía leer, y cogió el cuento de los tres cerditos y me lo "leyó". Se lo sabía de memoria, y casi lo dijo exactamente igual. Me encantaba que Pedro me leyera cuentos para dormir. 


Entonces, otra de estas noches me dijo : - Mami quiero leer.


Recuerdo que le pregunté a su maestra, Mireia, que el niño tenía mucho interés en la lectura, y que sí podía yo en casa enseñarle poco a poco las letras, como suenan, etc. Lo que no quería era confundir a Pedro. Pero ella me dijo que sí, que podíamos trabajar la lectura desde casa, y que de echo era genial.


Así que busqué el primer libro que yo leí de pequeña, lo tenía guardado como un tesoro, y pensé que a Pedro le gustaría leer el primer libro que mami leyó.


Nunca olvidaré mi primer libro, ni mis libros preferidos, o los que me obligaron a leer en Bachillerato, por eso quería que mi hijo recordase con cariño su primer libro, que también fue el mío, años atrás.




Hasta ese momento, Pedro había visto cuentos, muchos cuentos, y los libros eran míos, teníamos álbumes ilustrados, teníamos cuentos de cartón, de tela, y juegos cuentos. Pero él nunca había tenido un libro. Como los de mami.


Se puso muy contento y feliz, y parecía que todo marchaba sobre ruedas, hasta que quiso leerlo, y claro... no pudo. 


Se enfadaba, y yo trataba de explicarle que no era tan fácil, que poco a poco. Pero él tenía mucha prisa por leer, así que íbamos leyendo despacio, le iba explicando los sonidos, las letras, y todas las preguntas que me hacía.


Entonces pensé en poner un abecedario en el comedor, y lo pintamos juntos, para así tener las letras a la vista y poder ir comentando día a día palabras cotidianas con él.


El año pasado descubrí que esto se usa de verdad en las aulas de infantil, como recurso para que aprendan a leer.


Desde el colegio también empezaban a trabajar distintas letras, vocabulario nuevo, y eso también ayudaba a que Pedro estuviese muy motivado.


Muchos días quería leer. Muchos otros no. Nunca le obligué, ni nunca le quise enseñar nada más que lo que él quería saber.


Acabó el curso, y pasamos el verano. Leíamos siempre Miguel y el Dragón, y a él le encantaba. 


Empezó P5, y no tuvimos la suerte de tener a Mireia... (desde aquí quiero decir que te echamos mucho de menos en P5).


Pedro perdió un poco el interés, y bueno... la motivación desde el colegio tampoco era la misma... Pero en casa seguí atendiendo a sus deseos, si quería leer, leíamos, y si no, pues no.


Iba avanzando mucho, y me sorprendía día a día. Reconocía casi todas las letras, y se confundía con algunas, pero rectificaba en muchas ocasiones.


En el tercer trimestre de P5, Pedro leía. Leía muy bien. Y a mi se me caía la baba escuchándolo.


Cuando digo leía, quiero decir, leer como un niño de 5 años. No leer como un adulto.  Pedro leía: Mmmmiiiiiigggggguuuuuueeeeeeeelllllllll     yyyyyyyyyy      eeeeeeellllllllllll    Ddddddddddrrrrrrraaaaaaaaaagggggggggggóóóóóóónnnnnnnn




Recuerdo que hacíamos etiquetas en casa, con palabras que él me preguntaba, y las pegaba, así que tenía la casa llena de etiquetas: MESA, SILLA, COCINA, PEDRO, MAMA, LAURA, CUADRO, TELEVISIÓN, LIBROS, PELOTA, etc.


Supongo que lo harían en su clase, pues también son recursos para enseñar a escribir y a leer en infantil. Pero en aquel momento era Pedro quien me guiaba a mi. 


Perfeccionó su lectura en 1º de Primaria, y en casa cada vez quería leer menos. 
Ha sido desde este año, casualmente, con la llegada a nuestras vidas (en el cole ya estaba pero no la habíamos tenido) de otra gran maestra, María José, que Pedro ha empezado a leer otra vez. Me refiero a leer por gusto. Pues por obligación sí ha leído, los libros del cole, que por cierto no son pocos.


Pero leer por placer, disfrutar leyendo, sumergirte en la historia, ser parte de ella, sentir con sus personajes, emocionarte o tener miedo a través de la lectura, es algo que tenia olvidado. Y que por suerte ha recuperado.


Le lee a su hermana, lee en el sofá, y lo hace por qué quiere. Esto es algo que me fascina de Pedro. Y espero que no deje nunca de leer, pues la lectura enriquece a las personas, nos hace libres, nos da opción a pensar, y nos enseña multitud de cosas, como pueden ser la ortografía y nuevo vocabulario.


Si le preguntáis a Pedro cual fue el primer libro que leyó os contestará lo mismo que yo: Miguel y el Dragón.


Y si le preguntáis quien le enseñó a leer, dirá que su mami, y aquí es donde me hace sentir la persona más afortunada del mundo, por haber tenido el privilegio y el placer de poder guiarlo en su curiosidad por leer.


Te seguiré guiando siempre que lo desees pequeño, en la lectura, en la vida, en el amor, y dejaré que tu me guíes a mi, en la lectura, en la vida, nuestra vida, y en el amor, nuestro amor eterno, te quiero Pedro.




Laura JC

jueves, 10 de mayo de 2012

Dormir con mami

Un buen día Pedro decidió que cuando se quedaba dormido en mis brazos y lo llevaba a la cuna (pegada a mi cama) se despertaría sí o sí.
Pedro tendría unos 8 meses...


De esto hace unos 9 años, y por entonces estaba muy de moda un tal Estivill, llamado "pediatra" que había publicado un "libro" llamado "Duérmete niño".


Le comenté a mi pediatra lo que le ocurría a Pedro, me dijo que era normal, y que quería estar con nosotros. No me basto su respuesta.
Les comenté a mis compañeras de trabajo lo que le ocurría a Pedro, y les dije que muchas noches lo teníamos que meter en nuestra cama, y entonces dormía del tirón sin casi ni moverse, muy feliz.
Y ellas me advirtieron de lo perjudicial que era para el niño, que se va a acostumbrar, que no lo sacarás nunca de tu cama, que no tendrás intimidad... y me recomendaron el famoso libro.
Lo leí, desde aquí debo decir que Laura Jaime Conejo leyó tal atrocidad.


No me parecía nada lógico, pero si todo el mundo lo hacía, y aseguraban que en tres días los niños dormían...


Decidí probarlo, desde aquí y con todo el dolor de mi corazón confieso que lo probé.


Hice todos los absurdos y mezquinos pasos, y mi bebé, por supuesto hizo exactamente lo que ponía el libro. Lloró, mucho, "como si lo matasen".


Miré el reloj, y desde aquí confieso que lo dejé llorar 2 minutos. 2 minutos eternos, en los que me iba a dar un infarto... mientras intentaba autoconvencerme de que hacía "teatro" de que me estaba "manipulando".


Salí corriendo hacia la cuna, lo cogí en brazos, vomitó, me vomitó encima (si duda me lo merecía), lloré con él, lo limpié, quité todo como pude, con el en brazos, sin soltarlo, y oyendo como seguía suspirando, con esa angustia típica después de haberte llevado un gran disgusto.


Nos metimos en la cama, y se durmió. Lo miraba y me dolía tanto, pero es cierto que mi reloj sonaba a las 5 para ir a trabajar, y que durmiendo conmigo al menos yo descansaba, pues Pedro no se despertaba.


Todo esto, fue, por los comentarios, por pensar que le hacía mal, por creer que dormir con mi hijo era malo, o que le estaba perjudicando!!


Por suerte para los dos, me di cuenta muy a tiempo, aunque eso no quita que lo intenté, es algo que hice, y no lo puedo negar.


Pedro ha dormido conmigo hasta los 7 años. 
Y aún hoy, cuando pregunta si puede dormir conmigo nunca le decimos que no.
NUNCA.
Mi marido duerme en su cama y Pedro en la nuestra.


Debo decir también que Joan Carles comparte mi opinión sobre dormir con ellos, pues si no quizás no seria tan fácil... o quizás no seria mi marido.


Así que practiqué colecho sin saber lo que era, para mi era dormir juntos, hace poco he descubierto que se llama colecho.


Pedro mientras durmió en su cuna siempre lo hizo pegado a mi cama, así que nunca ha dormido en otra habitación.


Con Carlota estoy haciendo lo mismo.
Pero ella después de su última toma de teta, sobre las 12:30 de la noche, se duerme y la suelta, y la llevaba a su cuna... pero lleva unas tres semanas, que es dejarla y... ponerse a llorar muy intensamente.


Pero la vuelvo a coger, la meto en la cama, y con mis tetas al aire dormimos toda la noche... ella se sirve a su gusto, y aunque sí me despierto, y quizás no duerma tan tranquila pues pienso que le puedo hacer daño sin querer... es algo maravilloso.


Es algo que no podré hacer toda la vida, en contra de lo que muchas madres creen. NO, ni Pedro ni Carlota dormirán durante toda su vida con nosotros.


Los años pasan volando, y cuando me de cuenta Pedro dormirá con su pareja... (uufff que mayor!!!)


Ya no querrá dormir con mami.


Y lo mejor es cuando los fines de semana Pedro quiere dormir conmigo y Carlota también, y al despertar tengo lo mejor del mundo a mi lado, calentitos, con esas caritas de felicidad, sus ojos brillar, por el echo de dormir a mi lado!!


Es tan fácil hacerlos felices, que lo voy a seguir haciendo siempre. Dormiré con ellos hasta que ellos decidan no hacerlo. 




Laura JC


lunes, 7 de mayo de 2012

Una niña de pera y sandía

Sabes y hueles a pera y sandía, y te amo.


Ella ríe, ríe mucho mientras saborea la pera, mientras le digo te amo, mientras me mira y nos miramos...


Carlota empezó a curiosear nuestra comida hace unas semanas, y pensé en irle ofreciendo frutas para que las tocase, las chupase, y en fin... para experimentar con sus propios sentidos y descubrir lo rica y sabrosa que es la fruta.


Entonces decidí informarme más sobre el método baby-led weaning o Aprendo a comer solo (ACS).
Ya me había leído "Mi niño no me come" del Dr. Carlos González, pero quería seguir indagando, así que vi vídeos de sus conferencias y entrevistas.


Y me compré otro libro "El niño ya come solo" de Gil Rapley y Tracey Murkett, que me recomendó Gemma de Porteo Natural.


Decidimos su papi y yo empezar a ofrecerle sólidos a Carlota siguiendo este método, pero sin agobios ni presiones, que Carlota fuese la que nos guiara en sus primeros contactos con la comida sólida.


Y así fue, le dimos a Carlota arroz hervido, lo pasó pipa, se comería un grano o dos, pero disfrutó muchísimo. Ahí fue una niña de arroz, con mucho sabor a arroz, delicioso arroz de mami.


Otro día le dimos manzana rallada, fue increíble. Este día fue una niña de sabor a manzana, deliciosa manzana.


Probamos con la naranja a gajos que le encanta, con el plátano entero y chafado, y con la pera.


Y hoy le he dado pera, ella estaba jugando con su cuchara y cogía sus trocitos de pera muy rallada, y se los iba comiendo, yo la miraba mientras también comía una ensalada.
Pero de postre yo tenía sandía, y ella seguía con su pera, saboreando, tocando, apretando con sus deditos, comiéndose la cuchara vacía y a veces llena... con sus mofletes de pera, con su sabor a pera, era una niña de pera.


Al empezar a comer mi porción de sandía, la tenía cortada a tacos en un bol, ella me miraba muy atenta, y el he dicho si quería probarla. Yo creo que ha contestado que sí.


La sandía tiene un color precioso, es muy bonita, es un color de amor, la sandía de amor. Carlota de sandía y de amor.


Y así ha sido una niña de pera y sandía, miraba el trozo de sandía con entusiasmo, y me miraba a mi, yo la mordía y le ofrecía a ella, y ella también lo hacía. Nos hemos reído y nos hemos querido aún más.


Y ella se ha puesto toda llena de fruta y de amor, que es lo más importante.


Te quiero con toda mi alma niña linda con sabor a pera y sandía.


Tu mami,


Laura JC