martes, 5 de agosto de 2014

Niños/as desobedientes y "rabietas"

Oigo a diario a madres y padres decir que sus hijas e hijos no les hacen caso, no les obedecen, incluso que les retan.
Obedecer según la RAE  "Cumplir la voluntad de quien manda".

Cumplir la voluntad de quien manda.

Y en la gran mayoría de las familias mandamos los padres, evidentemente. Esto es algo que hemos aprendido desde pequeños, y cualquiera se atrevía a desobedecer a sus padres, incluso generaciones atrás llamaban de usted a sus progenitores con un aire de respeto/temor. 
En mi familia (mis tres hijos, mi marido y yo) intentamos ser democráticos, intentamos respetar las opiniones de todos y las necesidades también. Mandamos todos. Pues todos tenemos los mismos derechos de opinar, de necesitar o querer algo, de apetecer lo que sea, etc. 

Si hablamos de cruzar un semáforo en rojo, evidentemente mandan los padres. Pero este post no va de estos temas, si mis hijos quieren tocar una olla en el fuego no les dejaré, les explicaré los motivos y se los demostraré. Hablamos de otro tipo de obediencia, de comportamientos o normas sociales, de las comidas, de llevar abrigo o no, de zapatos, hablo de pequeñas cosas en las que nuestros hijos deberían mandar y en muchas ocasiones no les dejamos. 

Un gran ejemplo es la comida. Solemos ser muy pesados con este tema, y tendemos a sobre alimentar a nuestros hijos, yo con Pedro cometí errores, y aunque nunca le obligué a comer si que le insistía, y sufría porque el "niño no comía mucho" etc.
Pedro nunca quiso la fruta triturada, con él fui muy obediente y le di exactamente todo lo que el pediatra me decía, y nunca se me ocurrió darle una fruta sola, o chafada y entera ni loca! 
Pues a día de hoy 11 años después a Pedro le sigue costando comer fruta, yo insistí con los triturados, hasta potitos le compraba para que el niño comiera fruta, pero él nunca la quiso. 

Una vez entendemos a los niños, o sus motivos, o dejamos de dar importancia a cosas que no la tienen, dejamos de sufrir. 
Carlota nunca quiso el plátano, lo probaba, chupaba, chafaba, pero no se lo comía. Y dejamos de darle plátano, un año después quiso plátano al vernos merendar en la piscina, ella tenía melón y Pedro y yo plátano. Le dimos, y comió. Fin de la historia. Sin llorar, sin sufrir, sin estrés.

Con la ropa puede suceder lo mismo, abrigamos a veces en exceso, y los niños no quieren, lloran, se quitan la chaqueta, y nosotros detrás... ¿Quién no lo ha hecho? Ponte la chaqueta que hace frío, y estamos dentro de casa a 22 grados!

Una vez salgas a la calle será tu hijo quien te pida la chaqueta, en la calle hace frío, o quizás ellos no tienen tanto como nosotros. 

El diálogo, la comunicación y el entender en que momento emocional y cognitivo se encuentra nuestro pequeño/a nos ayudará a pasar esta etapa de forma más 
agradable y aprenderemos toda la familia de las diversas situaciones.

Los niños son niños, y están aprendiendo siempre, cada instante, nosotros somos su ejemplo. No podemos pretender que nuestros hijos coman verduras si nosotros comemos pollo frito. 

El gestionar las emociones, sus enfados y "rabietas" es tarea difícil, pues a los adultos también nos cuesta. Y ellos deben aprenderlo de nosotros, creo que la edad de 2 a 3 años aproximadamente (depende de cada niño/a) es muy buena para también aprender nosotros a expresar nuestros sentimientos, a comunicarnos mejor, a poner palabras a lo que sentimos y así demostrar a nuestros hijos que los adultos también nos enfadamos, también nos ponemos eufóricos, o lloramos. 

De todo esto sabe mucho mi amiga y maestra infantil Belén Piñeiro, os animo a visitar su web Maestra de Corazón , también podéis acceder a ella desde mi sección Sitios Favoritos.

Muchas veces cuando nuestros hijos nos piden algo, automáticamente decimos que no.
Estoy probando desde hace tiempo, a escuchar más (aun) sus peticiones, sus gustos o preferencias. Son cosas que ya hacía, pero quiero mejorar. El ritmo que llevamos los padres a veces nos hace tener poco tiempo, y muchas tareas, y sin darnos cuenta restamos tiempo a nuestros hijos. 
Llevo escribiendo este post varios días, pues me dejan unos pocos minutos libres, mientras juegan aquí a mi lado, escribo. 




Dejemos a los niños ser niños, la infancia pasará y llegará la adolescencia, donde muchas de las cosas que ellos aprendan en la infancia nos ayudarán para comprender mejor las necesidades de nuestros hijos adolescentes, la comunicación es primordial en la familia. 
Os animo a que empeceis hoy mismo a expresar vuestras necesidades, gustos, alegrías y penas. 

Me encanta que mis hijos me desobedezcan, eso significa que tienen personalidad y opinión propia.

Un fuerte abrazo,
Laura JC





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